El nombre suena muy bonito, el Gran Paradíso y además en italiano. Esto tendrá que ser la leche. Esta fue la montaña elegida para aclimatarnos durante el curso de alta montaña que estuvimos realizando con la Federación de Montaña de Valencia cuyo objetivo final era subir al Montblanc mas adelante.
Llegamos a la hora de comer al parking, situado al lado de un camping y con un bar muy cuidado. La idea es subir al refugio Vittorio Emanuele II (2.732 m) en un par de horas y mañana salir temprano para hacer cumbre y bajar directamente a los coches. Se supone que es un 4000 no muy complicado comparándolo con el Montblanc, perdón si estamos en Italia le tendremos que llamar Monte Bianco.
Pues bueno llegamos con nuestro mejor animo, preparamos las mochilas y emprendimos la subida al refugio. La subida es bastante llevadera ya que es un sendero zigzagueante en muy buen estado al principio y que al final se va deteriorando convirtiéndose en un caos de piedras.
Las vistas impresionantes, salimos desde un bosque que nos lleva hasta las zonas de praderas y rocas. Los picos se ven nevados. El día esta un poco gris pero hace calor.
Finalmente llegamos a Vittorio Emanuele II. El refugio inicialmente estaba situado mas arriba pero al ocurrir una avalancha que casi se lo lleva por delante decidieron realizar el nuevo un poco mas abajo. También dispone de una capilla promovida por el cura montañero del pueblo cercano.
La primera ascensión que se realizo al Gran Paradiso se produjo en el 1860, por lo tanto rememorando a aquellos pioneros 151 años después y con las comodidades de partir de un refugio a más altura. Salimos del refugio a las 5:30 iluminándonos con los frontales. El sendero desaparece en una pedrera de grandes bloques, luego lo recuperamos y ascendemos por una antigua morrena glaciar.
Hasta llegar al comienzo de las primeras paredes nevadas. Nos calzamos los arneses y los crampones, la luz del sol ya hace innecesarios los frontales.
Y comenzamos nuestra ascensión por las nevadas paredes. Las primeras tienen un fuerte desnivel que nos obliga a ralentizar el paso. Vas viendo pequeños riachuelos del deshielo que luego vas oyendo bajo la nieve que vas pisando. Junto con el chasquido de los crampones sobre la nieve van componiendo una melodía que dejas de oír cuando los jadeos de tu respiración los empiezan a ahogar.
Es difícil de buscar la combinación de ropa adecuada, el viento te enfría y la subida te hace sudar. Vamos encordados porque no sabemos si podemos encontrar alguna grieta traicionera y en algunos puntos la inclinación es bastante elevada, y vale la pena prevenir alguna caída desafortunada. Proseguimos siguiendo las distintas cordadas, en un carrusel de adelantar y ser adelantado.
Por fin vemos el sol, que nos homogeniza mas la temperatura. Hace frío. Las vistas espectaculares, hemos tenido suerte y nos ha salido un día despejado.
Al fondo se divisa el Monte Bianco (Montblanc), majestuoso y desafiante.
Después de varias palas nevadas divisamos la cima del Gran Paradiso
En la cumbre esta la estatua de una virgen después de una cresta de 60 metros, llena de gente. Después de 5 horas llegamos hasta mitad de la cresta bastante expuesta y con bastante peligro debido al atasco de las distintas cordadas, todo el mundo con crampones sobre las rocas, cuerdas de cordadas y anclajes de fortuna. Junto con la impaciencia de la gente lo convertía en un sitio peligroso.
Como podéis ver el patio que teníamos debajo era bastante grande y las vista espectacular.
Habíamos conseguido nuestro primer 4.000 juntos.
Decidimos bajar, tranquilamente pero sin pausa ya que el profesor y compañero de cordada que llevábamos empezó a tener mal de altura, en este caso dolor de cabeza.
Cuando salimos de la zona de nieve se le pasaron los efectos del MAM (Mal de Alta Montaña) y proseguimos el descenso hasta el refugio donde comimos algo.
Desde aquí continuamos el descenso hasta el parking y finalizamos nuestra ruta con unas cervecitas en el bar.
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